Admirar a alguien que se desplaza por el escenario «comiéndose el auditorio», o reconocer limitaciones propias en los primeros desafíos en presentaciones puede confundir. Si alguien considera que el éxito frente al público pasa por «representar un papel» se equivoca. Podrá generar ruido o efectos rimbombantes pero, más temprano que tarde, el público se da cuenta cuando el que habla es genuino.

A diferencia de los miedos que suelen tener alumnos/as de talleres de oratoria, el auditorio te perdona las muletillas, el nerviosismo, los silencios incómodos. Pero si percibe falsedad, o que el speaker intenta representar algo que no es, en algún momento se «caerá la careta». Ahí se pierde la credibilidad, y eso, sí, el público NO lo perdona.

Consejo: No trates de ser alguien que no sos. Cuando te das permiso para ser vos misma/o creeme que te relajás, es como que te quitan una mochila de la espalda y eso permite sacar afuera tu mensaje y comunicar de manera genuina. Al sentirte más libre y menos presionado, ganarás en espontaneidad y vida.

¡Ojo! Esto no quiere decir improvisar y no preparar. En los talleres, los alumnos logran sus mejores resultados cuando hay ejercitación, cuando al mismo tema se lo ha expresado varias veces. Pero siempre teniendo en cuenta que no hay una forma única de hacer oratoria sino diferentes estilos. El trabajo no es transformarte en alquien que no sos, sino encontrar tu estilo y manifestarlo. Encontrar tu voz y hacerla oír.

«No hay un forma única de hacer oratoria sino diferentes estilos»

¿Vos qué pensás? ¿Te diste cuenta cuando un/a orador actuaba de algo que no era? ¿Te pasó en alguna presentación importante intentar ser alguien que no sos? Contanos como te fue.

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