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Para muchos estudiantes el examen oral suele ser un momento desagradable. Palpitaciones, sudoración, pensamientos tremendistas (“si no apruebo mi vida es un fracaso”), rumiación (la cabeza a mil y no para el diálogo interno) perdida de sueño, pueden ser algunos síntomas que provocan mucho malestar.

A continuación te damos algunos consejos para prepararse ante esa instancia de evaluación. Fijate que pusimos “afrontar” y no “enfrentar”, está bueno de entrada considerarlo como algo con lo que hay que convivir y no un enemigo que está listo para lastimarnos. 

Ocupate en lugar de pre-ocuparte

¿Conseguiste los apuntes? ¿sabés que temas van? ¿Te sentaste a estudiar? En vez de negar la situación no deseada hay que prepararse. Es lógico que dejemos para después lo que no nos gusta pero eso solo complica más las cosas. Es curioso que muchos dedican tiempo a contar cuanto sufren y quejarse porque les tocó oral y no escrito, y cuando solo queda un día para el examen ya es tarde y lógicamente la situación los sobrepasa.

Ensayá

Pedile a un/a amigo/a que te escuche y te haga preguntas como si fuera el profe. Cuanto más cerca sea la simulación de la realidad menor será el miedo a lo desconocido y el miedo a la primera vez (hay otros tipos de miedo, pero estos dos afectan mucho).

Ejercios de respiración y relajación

Son claves para controlar la ansiedad y la tensión corporal. Puedes ver tutoriales en youtube. Lo ideal es practicar y para eso nada mejor que un curso presencial.

Visualización positiva

En vez de decirle NO al miedo (agrandando de esa forma al fantasma) hay que decirle sí a la confianza. Ayuda imaginarse aprobando, conocer y valorar las cualidades propias y recordá éxitos anteriores.

Observá y dejá de sentirte observada/o

Cuando más foco hagas en vos (como suena mi voz, qué ropa traje, me tiembla la mano, e) más lo padece el cuerpo. Y se genera un círculo vicioso. Si pudieras concentrarte en el ambiente, en el profesor, en el tema dejarías de pensar tanto en vos (que distrae y tensiona). Esto tiene que ver con el punto siguiente.

Escuchá con atención y percibí Comunicación no verbal del profesor

La mirada, la postura, el tono de voz del docente pueden enviar señales que dicen si vas bien o que tienes que cambiar de rumbo (como el verde y el rojo del semáforo). Hay estudiantes que al estar tan nerviosos dejan de prestar atención al profesor lo cual puede ser muy perjudicial en un examen.

Hablá despacio y hacé pausas

La pausa permite relajarse, tomar tiempo para pensar y el hablar pausado transmite una senación de autoridad y conocimiento diferente del que habla arrebatado.

Enfatizá palabras e ideas claves

Denota conocimiento ya que no se expresa todo al mismo nivel.

Podés preparar inicio y cierre pero nunca dependas de la memoria

Consejo valido sobretodo para monólogos largos o presentaciones de tesis. El problema de depender de la memoria es que cuando se cae un eslabón se cae la cadena completa. Incluso si sos alguien que tiene muy buena memoria,  esta se conecta con el neocórtex (una parte del cerebro). En situaciones de mucha tensión el cerebro deja de estar regido por el neocortex que le cede el mando al sistema límbico. ¿Complicado? No importa, lo que necesitás saber es que depender de la memorización es muuuuuuuy riesgoso.

ESTUDIÁ

El tip qué parece más obvio pero nunca está de más resaltarlo. Como dijimos al principio, muchos por exceso de pre-ocupación dejan de ocuparse. Cuanto más se conoce un tema mayor será la seguridad del alumno y menores serán las posibilidades de preguntas difíciles ni silencios incómodos.

Lic. Esteban Spontón

¿Qué te parece? ¿Estás de acuerdo? Contanos como es o fue tu experiencia en exámenes orales.