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-Me anoté a un curso de oratoria y esto parece yoga. Eso podría decir con sorpresa o desconfianza un/a participante de los cursos de OratoriaenCordoba. ¿Por qué le damos tanta importancia?

«Si no hay aire no hay sonido» Esto significa que si no sabés gestionar el combustible, por muy buen vehículo que tengas no vas a llegar muy lejos. La técnica respiratoria te permite administrar aire si te toca hablar mucho, gestionar si necesitas que te escuchen de lejos y hacer matices para que no suenes aburrido/a.

Mira cual es la primer sugerencia para afrontar el miedo escénico haciendo click aquí. Las emociones nos dominan y no responden a órdenes «racionales». Eso quiere decir que ante un gran desafío por más que te repitas consignas del tipo de «tengo que estar tranquilo/a» o similares, el cuerpo va en piloto automático y puedes sentir que se te aceleran las pulsaciones, tiemblan las piernas, transpiras, u otros síntomas. Si hay una reacción del sistema límbico no la vas a poder controlar voluntariamente, pero si trabajas tu respiración, eso te permitira «bajar varios cambios» y así podrás gestionar las emociones y no que las emociones te gestionen a vos.

Al estar en público es frecuente que las personas se aceleren y tiendan a hablar rápido, sin pausas. Ya te contamos aquí lo importante que son. Solo si trabajas la correcta respiración (con el abdomen y no con el pecho) y logras relajarte en la previa vas a poder manejar la velocidad con que hablas y frenar cuando lo desees.

Muchas veces sentirás que deseas hacer algo (por. ej. manejar las manos de cierta manera, subir o bajar el volumen y hacer cambios de entonación para que tu público no se aburra) y es como si el cuerpo no respondiera la orden de la mente. Dominar la respiración es como tener el control del automóvil que sos en la carrera que es el discurso. Si logras respirar correctamente (hay que practicar mucho para automatizarlo) el cuerpo te va a responder y tus presentaciones en público no solo serán más eficaces sino menos estresantes.

Si al principio sentís que cuesta….. nuestro consejo es: ¡respirá! 😉